LLEGA EL PAPA QUE HABLA CON
LA VERDAD
Por Guillermo Romero Salamanca
Se equivocan quienes creen que el Papa Francisco no
conoce a Colombia. Durante los dos últimos años ha hecho un pormenorizado
análisis de cada una de las situaciones que atormentan al país: corrupción,
politiquería, narcotráfico, violencia, desplazamiento, desesperación, derroche
de recursos, persecuciones a los más débiles y así sucesivamente en cada uno de
los puntos negativos.
Si bien es cierto tiene en su agenda temas como la
vida, la reconciliación, el perdón, la tolerancia, el cuidado de la naturaleza,
la vocación religiosa y los derechos humanos, en sus homilías y palabras en
cada una de sus reuniones también tendrá palabras fuertes para quienes han hecho
imposible una vida más cómoda para los colombianos.
Unos buscan un Pontífice complaciente, casi que
libertario con ciertos temas, otros esperan que no les digan la verdad y unos
más creerán que con su indiferencia no entenderán las razones que expondrá.
ÉL CONOCE TODA LA VERDAD
El Papa sabe quiénes y cómo se han robado el dinero de
los niños en la Guajira, sabe cuántos han muerto de hambre, conoce los números
de desplazamientos, de falsos positivos, de persecuciones a los indígenas, de
los protagonismos de ciertos personajes, porque él ha escuchado y analizado
cada uno de los duros pronunciamientos que ha hecho la Iglesia colombiana.
Los prelados nacionales no han sido convidados de
piedra en muchas situaciones, han sido protagonistas y cuando han tenido que
hablar con claridad, lo han hecho, sin miedo, sin ocultar las cosas.
El Papa comprende que el país ha estado en un
conflicto de más de 50 años donde miles de personas han perdido sus vidas,
otros han quedado heridos, se han gastado millones de pesos en armas y ha solicitado
que es hora de terminar con ese derramamiento de sangre.
El 20 de septiembre del 2015 en La Habana, el Papa
Francisco alentó a no cesar en el esfuerzo para lograr la paz y la
reconciliación para la “querida tierra de Colombia”.
Antes del rezo del ángelus y ante miles de fieles
presentes señalo: “En este momento me siento en el deber de dirigir mi
pensamiento a la querida tierra de Colombia, consciente de la importancia
crucial del momento presente, en el que, con esfuerzo renovado y movidos por la esperanza, sus hijos están
buscando construir una sociedad en paz”, según informó la agencia Aciprensa.
Luego agregó: “La sangre vertida por miles de
inocentes durante tantas décadas de conflicto armado, unida a aquella del Señor
Jesucristo en la Cruz, sostenga todos los esfuerzos que se están haciendo,
incluso en esta bella Isla, para una definitiva reconciliación”.
FUERTE CONTRA EL TEMA DE LA
CORRUPCIÓN
El 23 de octubre del 2014, en el Vaticano, en el
discurso que dirigió a una delegación de la Asociación Internacional de Derecho
Penal dijo que “La corrupción es en sí misma también un proceso de muerte:
cuando la vida muere, hay corrupción”.
“El corrupto no puede aceptar la crítica, descalifica
a quien la hace, busca disminuir cualquiera autoridad moral que pueda
cuestionarlo, incluso ataca con insultos a todo el que piense diferente y si
puede lo persigue”, denunció, según informó Aciprensa.
“El corrupto se cree un vencedor, se pavonea para
menospreciar a los otros. El corrupto no conoce la hermandad o la amistad, sino
la complicidad y la enemistad”.
“El corrupto no percibe su corrupción. Es como el mal
aliento: difícilmente quien lo tiene se da cuenta, son los otros quienes se
percatan y deben decirlo. Por tal motivo, difícilmente el corrupto podrá salir
de su estado a través de su conciencia. La corrupción es un mal más grande que
el pecado. Más que ser perdonado, este mal debe ser curado”, expresó Francisco.
Serán 5 días de mucha información, más allá de los
jardines, cantos, anécdotas, el Papa Francisco hablará claro y cada quien
recibirá su mensaje, así lo quiera ocultar, sabrá que en su corazón le ha dicho
la verdad. Son 120 horas de balance para el país, unos 7.200 minutos de claras
lecciones pero también serán unos 432 mil segundos de misericordia.
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