¿CÓMO DESCANSA EL PAPA FRANCISCO?
Por Guillermo Romero
Salamanca
En Europa es tiempo
de descanso. Miles de personas buscan las playas del Mediterráneo, para
sumergirse un rato en el mar y reposar en las arenas. Otros buscan las montañas
para aliviar las altas temperaturas. En estos días de verano, los termómetros
italianos señalan más de 32 grados centígrados.
El Papa Francisco
prefiere quedarse en Roma y trabajar.
Juan Vicente Boo,
corresponsal en El Vaticano del diario ABC de Madrid cuenta que en agosto del
2014, en la rueda de prensa de regreso de su viaje a Corea del Sur reveló el
Papa que “la última vez que tomé vacaciones fuera de casa fue en 1975. Desde
entonces las tomo --¡de verdad!—en mi hábitat. Cambio de ritmo, duermo algo
más, leo cosas que me reposan, escucho algo de música, rezo más…Y todo eso me descansa”.
Por estos días y
hasta después de su viaje a Colombia no celebra la Santa Misa en la capilla de
Santa Marta con invitados especiales ni fieles de Roma.
UNA LEVANTADA SIN DESPERTADOR
El mismo Juan Vicente
Boo cuenta como es una jornada diaria del Papa Francisco: Se levanta –sin
necesitad de despertador—a las cuatro de la mañana. Se asea, mira los
“cifrados” urgente que hayan llegado por la noche desde las nunciaturas de
países en crisis, reza las primeras oraciones del día y prepara la homilía para
la misa de las siete de la mañana, a la que asisten fieles de a pie de las
parroquias de Roma”.
Luego vienen
numerosas reuniones particulares, la audiencia de los miércoles y el Ángelus de
los domingos ante unas cien mil personas.
En estos días de
“encierro” controlado en su hábitat, el Papa Francisco escribe los diferentes
discursos que pronunciará en su visita a Colombia donde hablará de paz,
reconciliación y perdón.
VISITA A SUS AMIGOS
Otra forma que tiene
el Papa Francisco para descansar es visitar a sus amigos. En julio de 2014, por
ejemplo, fue hasta Caserta, al sur de Italia a celebrar una misa ante santa
Ana, pero también pasó el lunes 28, con uno de sus grandes amigos: el pastor
evangélico pentecostal Giovanni Traettino, a quien conoció en el 2006 en una
jornada de oración entre católicos y evangélicos en el Luna Park, en Buenos
Aires.
Nació una amistad y
desde cuando el Papa vive en la casa de Santa Marta, el pastor lo visita al
menos una vez al mes.
UN REPOSO EN LA CÁRCEL
El 25 de marzo de
este año se trasladó a Milán y allí estuvo en la cárcel de San Vittore donde
dialogó con algunos presos, almorzó con otros y después hizo siesta de una
media hora en la habitación que el capellán tiene allí como oficina.
Luego de estas
reuniones se trasladó hasta el Parque de Monza donde celebró la Santa Misa.
NUESTRA FATIGA ES PRECIOSA A LOS OJOS DE JESÚS
El 2
de abril del 2015, en el Vaticano, ante un grupo de sacerdotes explicó: “Sucede
también que, cuando sentimos el peso del trabajo pastoral, nos puede venir la
tentación de descansar de cualquier manera, como si el descanso no fuera una
cosa de Dios. No caigamos en esta tentación. Nuestra fatiga es preciosa a los
ojos de Jesús, que nos acoge y nos pone de pie: «Venid a mí cuando estéis
cansados y agobiados, que yo os aliviaré». Cuando uno sabe que, muerto de
cansancio, puede postrarse en adoración, decir: «Basta por hoy, Señor», y
rendirse ante el Padre; uno sabe también que no se hunde sino que se renueva
porque, al que ha ungido con óleo de alegría al pueblo fiel de Dios, el Señor
también lo unge, «le cambia su ceniza en diadema, sus lágrimas en aceite
perfumado de alegría, su abatimiento en cánticos».
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